sábado, 15 de noviembre de 2008

La otra Cañada…






“La Independencia”: Huerta Orgánica

Nuestro Movimiento Independiente Unidos! ha desarrollado un plan de organización social en la periferia cañadense tanto en el Norte como Sur de la ciudad, crear armar huertas orgánicas familiares y comunitarias para autoabastecimiento y gestión independiente; con el objetivo de erradicar parte de los problemas económicos y alimentarios de los sectores populares. A continuación el relato de la primera experiencia.



Después del magno conflicto entre el campo y el gobierno toda la argentina ha quedado desorientada por las resoluciones finales que nada cambió, ni resolvió las necesidades de los pobladores; y mientras ellos se disputaban la batuta del poder, los trabajadores, obreros y estudiantes se disputaban la comida en los supermercados, una botella de aceite y un kilo de azúcar por persona; varios días sin clases por los cortes de rutas y despidos masivos por desabastecimiento y especulación económica. Todo esto sin mencionar los sectores indigentes que debían recurrir a limosnas o trabajos de explotación infantil en mayor cantidad de casos. Meses de guerra de capitalistas en un país para muchos corrompidos por pocos.
Nosotros emprendimos la lucha social y comenzamos con la organización de planes de huertas orgánicas en la periferia de Cañada de Gómez tanto en el Norte como Sur de dicha ciudad para autoabastecimiento y gestión independiente; con el objetivo de erradicar parte de los problemas económicos y alimentarios de los sectores más populares. La primera experiencia la llevamos a cabo en una humilde vivienda situada al Noreste de la ciudad frente al antiguo matadero municipal, en esa zona como escenario de la huerta familiar se levanta la Gran obra de construcción del tramo de la autopista, la maquinaria y las montañas de piedras un simulacro ruidoso de las cierras de Córdoba en escala social. Allí cruzando la calle habita una casilla de chapa y terciados una familia de escasos recursos que se abastece por un ínfimo sueldo de 50 pesos en changas semanales. María (33), ama de casa nos cuenta como es vivir en esas condiciones extremas, sin luz eléctrica, sin cloacas y sin trabajo fijo, además cría a cuatro hijos: Claribel (1 año) Uriel (3 años), Walter (9 años) y María (11 años). El padre, Gustavo (32) quien aporta el sueldo vive en la casa de un pariente; visita cotidianamente a su familia.

Por las noches no se puede estar comenta María, por el intenso frío y la falta de luz eléctrica, de día en verano hace mucho calor, los niños juegan en el patio refugiándose del sol bajo los árboles.
El nombre de la huerta lo eligieron los pequeños: “La Independencia” debido a que ese día resonaba en sus oídos el 9 de julio. Con esa denominación nos enseñaron mucho más de lo que imaginamos.

Las verduras y hortalizas que se sembraron en “La Independencia” fueron: Cebollas, arbejas, habas, acelga, zanahorias, entre otras especies. Toda una ceremonia de compañerismo y cooperativismo entre alegrías y esperanza para una familia cañarense que sobrevive en un mundo hostil al que pertenecemos todos. Quizás este sea el puntapié inicial para una nueva sociedad y comprendamos el valor de vivir unidos.


Por Emanuel Nicolás Soverchia

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