lunes, 17 de noviembre de 2008

¡Un orgullo para Nuestro Medio!

Queridos lectores de Revista Unidos!; debido a que su director está realizando un taller de periodismo (Talleres a distancia HLE) tenemos el agrado y el orgullo de contar desde esta edición con la colaboración del gran periodista y escritor argentino Hernán López Echagüe, director y coordinador de los talleres anteriormente mencionados; un profesional armado de compromiso social y códigos humanos muy fuertes en su trabajo, lo que lo condujo a exilios y otros problemas con gobiernos dictatoriales.
Reconocido en el mundo por labor en Página /12, Nuevo Sur, Revista Humor, diario Perfil y Tres puntos, entre otros. Con su autorización nos envió el artículo Construcción del miedo para que lo publicáramos en nuestro medio.

A continuación una breve autobiografía para conocerlo un poco más:
Acerca de hle
En diciembre de 1976, apremiado por la persecución de los grupos de tareas de la dictadura, partí hacia Brasil en busca de abrigo. Tenía veinte años y me devoraba una inexpugnable sensación de terror y extrañamiento. Me radiqué en Sao Paulo. Allí, sucesivamente y a lo largo de ocho años, fui: joven deprimido, encuestador callejero, marido, padre de una hija, empleado de un oscuro prestamista, cocinero, artesano, albañil, divorciado deprimido, corrector de enciclopedias, traductor, cantinero, vendedor de baratijas, albañil, vendedor de artefactos de agua ozonizada y de cursos de árabe, mediocre fabricante de ropas playeras, profesor suplente de historia greco-romana, albañil, diligente hacedor de cajitas de plástico para bijouterie.
Regresé a Buenos Aires en julio de 1984. Al cabo de una serie de experiencias burdas y efímeras, que creo una caballerosidad omitir, me casé nuevamente, tuve otra hija, trabajé de cocinero, secretario de una editorial, carpintero, hasta que un buen día alguien cometió el desatino de encomendarme la escritura de un artículo periodístico para el diario La Razón, edición matutina. Resultado: una aguda y enjundiosa nota sobre los (entonces) novedosos hornos a microondas, cuyo recorte conservo a la manera de extraño tesoro. Es que a partir de la publicación de “Cómo cocinar en un santiamén” (no escogí el título, valga la aclaración) la buena fortuna me condujo sin pausa por el maravilloso mundo del oficio periodístico.
En el lapso 1985/2005 publiqué, de manera ocasional, crónicas, reportajes y trabajos de investigación en los diarios La Razón, Tiempo Argentino, La Voz del Interior, La Nación, El País (Montevideo, suplemento cultural) y Perfil, y en las revistas El Porteño, Viviendo Buenos Aires, Crisis, Nueva Sociedad (Caracas, Venezuela), Plural, Página/30, Acción, Trespuntos, Rolling Stone y Brecha, de Montevideo, Uruguay, donde lo hago actualmente.
Trabajé, de modo acaso estable, en los diarios Nuevo Sur (1991, redactor especial), Página/12 (1993/1994, redactor especial), O Globo, de Brasil (1995, corresponsal en Buenos Aires) y Perfil (1998, columnista), y en las revistas El Periodista de Buenos Aires (1988/1989, redactor especial), y Humor (1991/1992, columnista).
Por lo demás, llevé a cabo tareas de guionista e investigador en los programas de televisión Los Argentinos (canal 13, año 1987, bajo la conducción periodística de Tomás Eloy Martínez); Primera Noche (Telefé, 1990); Documentos (América TV, 1991), y Edición Plus (Telefé, 1993).
Padecí el enojo de personas sobre cuya vida investigué, y, también, recibí la inverosímil ponderación de un par de instituciones: en agosto de 1993, luego de publicar en Página/12 una serie de artículos sobre las mafias políticas en la Argentina, me agredieron: un navajazo en la cara, golpizas; episodios que tuvieron repercusión internacional. Los españoles fueron más amables conmigo: en 1994, la Fundación León Felipe me halagó con el Premio por la Libertad de Expresión y el diario El País, de Madrid, me otorgó una mención especial (finalista) en el concurso Ortega y Gasset de Periodismo, que anualmente organiza el mencionado periódico español.
Al amparo de editores desprovistos de sentido común, publiqué una decena de libros: El enigma del general (biografía no autorizada del general Antonio Domingo Bussi, Editorial Sudamericana, junio de 1991); Gajes del oficio (crónica, de naturaleza autobiográfica, acerca de los riesgos que supone el ejercicio del oficio de periodista en la Argentina. Editorial Sudamericana, diciembre de 1993; Perfil Libros, septiembre de 1998); La resaca (nouvelle, Beatriz Viterbo Editora, noviembre de 1994); El Otro (biografía no autorizada de Eduardo Duhalde, Editorial Planeta, marzo de 1996; Grupo Editorial Norma, abril de 2002. La obra periodística más vendida en la década del noventa, al decir de la Cámara Argentina del Libro: 250.000 ejemplares); La frontera. Viaje al misterioso triángulo de Brasil, Argentina y Paraguay (crónica, Editorial Planeta, diciembre de 1997); Postales menemistas (compilación de artículos 1989/1998, Perfil Libros, julio de 1998); Detrás de la máscara (biografía no autorizada de Ramón “Palito” Ortega, Editorial Sudamericana, diciembre de 1999); El hombre que ríe (biografía no autorizada de Carlos Ruckauf, Editorial Sudamericana, diciembre de 2000); Como viejos lobos (novela, Editorial Planeta, noviembre de 2001); La política está en otra parte. Viaje al interior de los nuevos movimientos sociales (crónica, Grupo Editorial Norma, noviembre de 2002); Tierramemoria (crónica, Grupo Editorial Norma, junio de 2004), y, en enero de 2007, Crónica del ocaso. Apuntes sobre las papeleras y la devastación del litoral argentino y uruguayo (Grupo Editorial Norma).
En las primeras semanas de enero de 1998, hastiado de las frecuentes amenazas que recibía a causa de mis trabajos periodísticos, me radiqué en la ciudad de Nueva Palmira, costa oeste del Uruguay, con mi familia. Aquí, a metros del mojón que señala el kilómetro 0 del Río de la Plata, continúo viviendo.
Fuente: ar.geocities.com/hlediario/
Foto: www.hacerarteycultura.com.ar/HLE/acerca.htm

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